COMO NUBES
Pero no tenemos en la intuición interna nada
permanente, ya que el yo es simplemente la conciencia de mi pensamiento.
Emmanuel Kant
Cuando se observa
la obra de Coral Revueltas nos remite a algunas ideas procedentes del ámbito de
la teoría del arte que hace difícil la tarea de separar los valores sociales y
simbólicos que expresa. En principio, la relación que infiere “Como nubes”, el
título de la muestra, procede de un
texto elegido por la artista de Fernando Zamora sobre filosofía de la imagen,
donde el autor distingue a las imágenes como objetos transformados a partir del
reconocimiento visual desde nuestras capacidades perceptivas, y menciona que
ellas “son cosas como las nubes, el
fuego o los libros…” y así, bajo esta premisa, les otorga significado utilitario,
ya que a partir de ejercer la experiencia de “ver” podemos mudarlas
intelectualmente a objetos.
Por otro lado, tenemos
la elección del tema, que no obstante ha sido recurrido por la artista anteriormente
en otras técnicas de las artes gráficas y soportes como el papel o el vinil, ahora
lo traslada a una práctica justamente de uso, es decir, le acota una condición física
que pertenece a una costumbre arquetípicamente femenina como es la actividad
del bordado, que aquí se aprecia en forma de lienzos intervenidos mecánica o
manualmente, que requirieron preliminarmente de un acucioso proceso creativo y
técnico; y como resultado se aprecian cubiertos de dibujos, de imágenes que exploran de manera paradójica formas
poco convencionales de esta tradición, y que además llevan implícita la
recreación del objeto, es decir, los bordados son una interpretación personal
de mapas aéreos, o como ella les llama: “cartografías urbanas” de sitios que le
significan un interés particular, visualizados no sólo como la representación
gráfica que localiza un lugar realizados en austeros colores y abatidas formas,
como si fuesen positivos o negativos gráficos, sino también como reflexiones
simbólicas de experiencias intimistas, que conjeturo son como los parajes transitados
en su memoria recientemente sacudida por pérdidas y ausencias.
Quizás descifrar
toda esta argumentación que encuentro tiene su origen en las disertaciones de La reproductibilidad de la imagen de
Walter Benjamin, sea ciertamente innecesaria al ver el resultado. Al reparar en
estos objetos-imágenes, incluso con ojos profanos pero con cierta empatía e
intuición; simplemente encontraremos que delante de todo este embrollo
ideológico y de reconstrucción histórica, hay formas, texturas, dimensiones, cualidades
matéricas y efectos visuales, que Coral Revueltas nos convoca a experimentar
con la mirada para acompañarla a transitar literalmente la ruta de esta otra
realidad creada desde un emotivo discurso sensorial.
Luisa Barrios
Ciudad de México, noviembre de 2012